viernes, 21 de octubre de 2011

La narración V (2)

El análisis más simple de la estructura de un texto narrativo se corresponde con la división tradicional en planteamiento, nudo y desenlace:

1. El planteamiento se corresponde con un marco o situación inicial que suele contener la localización temporal y espacial; se nos presenta a los personajes (por lo general, a aquel que forma parte activa del relato como es el protagonista).
2. En el nudo, por lo menos en las narraciones sencillas, el marco inicial se ve alterado por algún hecho que desencadena la acción de los personajes.
3. Por último, en el desenlace el conjunto de las acciones contadas en el nudo da paso a la situación final: restauración del marco inicial, resolución del conflicto relatado en el nudo, fracaso en la resolución del conflicto…

Si analizamos la breve narración que encontramos en La princesa prometida, de William Goldman, vemos que se corresponde punto por punto con la estructura más simple y tradicional:
1º Planteamiento: Annette, criada francesa muy hermosa trabaja en el palacio de los duques de Guiche. 2º Nudo: El duque se fija en ella (acontecimiento que desencadena la acción) y la duquesa temerosa de perder al marido logra mediante el chocolate desposeer a la criada de sus encantos (acción). 3º Desenlace: El duque deja de encontrar atractiva a la criada.

 
En el año en que Buttercup nació, una criada de cocina francesa llamada Annette era la mujer más hermosa del mundo. Annette trabajaba en París para los duques de Guiche y no había escapado a la atención del duque que una mujer de una belleza fuera de lo común le sacara brillo al peltre. El interés del duque tampoco pasó inadvertido a la duquesa, que no era ni muy hermosa ni muy rica, pero sí muy lista. La duquesa se dispuso a estudiar a Annette y al cabo de no mucho tiempo descubrió la trágica debilidad de su adversaria.
El chocolate.
Dotada ya de armas, la duquesa puso manos a la obra. El palacio de Guiche se convirtió en un castillo de caramelo. Dondequiera que posara uno la vista encontraba bombones. En las salas había montones de caramelos de menta recubiertos de chocolate; en los salones, cestas de turrones también de chocolate.
Annette estaba perdida. Al promediar la estación, de delicada se convirtió en colosal y el duque no volvió a mirarla sin que una triste estupefacción le nublara la vista